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In a ham factory, a man in charge of quality control walks between the hams and controls,

Plan Estratégico

 

En el año 2023 desarrollamos junto a la Unión de la Industria Cárnica Argentina (UNICA) un plan estratégico para la industrialización de la carne porcina. El diagnóstico elaborado refleja la realidad de una industria cuyas capacidades se encuentran subexplotadas. Presentamos 24 propuestas concretas tendientes a liberar el potencial que la cadena industrial porcina posee, con el único objetivo de impulsar la producción local, elevar la calidad de nuestros productos, aumentar las exportaciones, modernizar los procesos productivos y mejorar los niveles y condiciones de empleo.

¿Qué proponemos? 

 

El diagnóstico previamente elaborado refleja la realidad de una industria cuyas capacidades se encuentran subexplotadas, en ocasiones producto de ineficiencias, otras veces por prácticas que no se han modificado a lo largo de los años, pero en la mayoría de los casos como consecuencia de un contexto que impone trabas y no ofrece soluciones. Ante esta situación, presentamos a continuación 24 propuestas concretas tendientes a liberar el potencial que la cadena industrial porcina posee, con el único objetivo de impulsar la producción local, elevar la calidad de nuestros productos, aumentar las exportaciones, modernizar los procesos productivos y mejorar los niveles y condiciones de empleo.

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Según lo expuesto, las propuestas mencionadas son en su totalidad de vital importancia para el futuro desarrollo del sector, y representan pasos concretos a seguir de manera conjunta y colaborativa entre cada uno de los actores de la industria. De ser así, la efectiva puesta en práctica de las propuestas establecidas nos permite trazar un auspicioso sendero de mediano y largo plazo, y serán el vehículo para alcanzar las tan realistas como ambiciosas metas previamente planteadas para la cadena industrial porcina.

 

Así, dado un crecimiento poblacional esperado cercano al 1% anual, esperamos que la producción de chacinados pueda incrementarse a un ritmo del 5% anual de aquí al 2030, para luego moderar este crecimiento al 2,5% anual hasta 2050. En línea con este incremento y con las necesidades expuestas en el presente trabajo, la exportación deberá acompañar con un salto considerable para alcanzar las 2.500 toneladas vendidas al exterior en 2030, y 15.000 hacia el año 2050.

¿Hacia dónde vamos?

 

​Para hacer esto posible, las propuestas previamente presentadas permitirán que la capacidad de la industria acompañe con crecimiento e innovación es sus métodos 

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productivos, así como en sus condiciones laborales, llegando a emplear a 65.000 personas en el año 2050 considerando todos los segmentos de la cadena porcina dedicados a los chacinados, desde la cría hasta el transporte, la logística, la faena, el desposte, la elaboración y el comercio.

 

Adicionalmente, el cumplimiento de las normativas y los requisitos sanitarios aquí formulados serán de vital importancia, por lo que su control y seguimiento a partir de ahora debe ser considerado tarea prioritaria. Es por esto que esperamos la producción de chacinados pueda orientarse hacia el estándar único de calidad comprometido por Senasa, de manera de poder alcanzar al menos un 90% de las empresas chacinadoras registradas en AFIP con certificación Senasa para el año 2050.

Por su parte, en sintonía con el Plan Estratégico Porcino 2030 de la Federación Porcina, estimamos un significativo aumento en la producción de cortes de cerdo hacia 2030, con un crecimiento anual del 15% para llegar a las 1,25 millones de toneladas elaboradas, y del 5% anual en los años siguientes hasta el 2050, para superar las 3 millones de toneladas producidas. Al igual que en el caso de los chacinados, se espera un rol protagónico para la exportación de cortes de carne de cerdo, para acercarse a las 2 millones de toneladas enviadas al exterior en 2050 y un ingreso aproximado de 2.500 millones de dólares.

Para el caso de la comercialización de cortes porcinos, las mejoras en las condiciones laborales, la simplificación regulatoria, la reducción impositiva, y la mejora en los controles de calidad y evasión serán también un motor importante para alcanzar las metas planificadas, posibilitando la creación de más de 100.000 nuevos puestos de trabajo para los próximos 30 años, acompañado de importantes mejoras en la productividad de dichos empleados y de una creciente proporción de frigoríficos amparados bajo los estándares de calidad Senasa.

En consecuencia, la cadena porcina en su conjunto podría pasar de una producción nacional de cerdo de 725.000 toneladas en 2022 a más de 1.800.000 en 2030, y 4.160.000 en 2050, para alcanzar un consumo per cápita de 24 kg anuales en el mediano plazo y de hasta 40 kg en el largo plazo. Para ello, la cadena porcina emplearía más de 100.000 trabajadores hacia 2030, y cerca de 200.000 para el año 2050.

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